En la segunda edición de la Feria Invierno organizada por El Gran Pez participaron casi cien stands de todo el país para vender sus libros, entre los cuales también hubo casas editoriales alternativas de la ciudad. LA CAPITAL dialogó con ocho editores marplatenses para conocer los catálogos y sus miradas sobre la producción literaria en la región.
Por Rocío Ibarlucía
Con movimiento intenso desde el mediodía hasta la noche, el 17 y 18 de junio se realizó la segunda edición de la Feria Invierno en el Teatro Auditorium, donde cien editoriales independientes, alternativas y artesanales de todo el país se encontraron para vender sus libros, fanzines, encuadernaciones, ilustraciones y serigrafías, pero también para conocerse entre colegas y tener, por fin, un contacto directo con el público.
Entre las largas filas llenas de libros dispuestas a lo largo del Foyer, dominaba el bullicio de lectores ávidos de preguntar curiosidades, averiguar las novedades literarias y llevarse piezas únicas e irrepetibles creadas por pequeños productores de la palabra. Además de tantos libros excepcionales, también hubo talleres gratuitos sobre terror de postdictadura, cine soviético, poesía para todas las edades, técnicas de stencil, tinta china y pincel, realización de fanzines, así como presentaciones de libros, lecturas y hasta un recital de Lucy Patané. Y, para completar la experiencia literaria, se ofrecieron conversatorios con escritoras como Alejandra Kamiya y Marina Yuszczuk o con el artista plástico Luis Felipe Noé, a sala llena.
Organizada por el colectivo de editores, escritores y diseñadores de la librería El Gran Pez (ubicada en su nueva sede de Santiago del Estero 2052) y con el apoyo del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, la Feria Invierno nació con el objetivo de consolidar y difundir la presencia de sellos independientes de distintos puntos del país en Mar del Plata. Pero también permitió mostrar al público local las editoriales que se hacen en la ciudad.
LA CAPITAL consultó a sellos alternativos marplatenses para conocer sus proyectos, los criterios de sus catálogos y sus miradas sobre la producción local de libros en la actualidad. Los editores coincidieron en valorar que se encuentra en un resurgir, no solo por la cantidad de casas editoriales, sino por la calidad de sus obras, que cada vez apuntan más a lo artesanal o a las pequeñas tiradas, como un gesto de resistencia frente al monopolio del papel, que produce cada vez más desabastecimiento y altos costos de los materiales.
Atávica Editora
Surgida en 2019, Atávica se define como una editorial artesanal que nació “ante la necesidad de hacer libros”, como cuenta su editor Diego Forte. En ese sentido, el catálogo está enfocado en “hacer un tipo de edición más cuidada sobre pequeñas, según nuestro criterio, joyitas que valen la pena ser leídas y releídas. Tratamos de que cada libro de nuestro catálogo pueda ser un capítulo de un gran libro único que es todo lo que ofrece la editorial”.
Sus libros hechos completamente a mano se especializan en traducciones de ficción y ensayos de autores clásicos o poco conocidos, entre las que se encuentran, por ejemplo, “La gran ilusión” de Augusto Munaro, el ensayo “La esclavitud de nuestros tiempos” de Lev Tolstói y su novela póstuma “El cupón falso”, así como el libro de ensayos “La guerra de las clases” de Jack London.
Además, Forte destaca la importancia de espacios como la Feria Invierno para difundir sus producciones, incluso entre marplatenses: “Me está pasando acá que todos se sorprenden de que seamos de Mar del Plata. Por eso, la feria nos pone en contacto con la gente y hace visible lo que hacemos”.
Más información sobre Atávica en https://atavicaeditora.tumblr.com/
“La esclavitud de nuestro tiempo” es una de las obras de Atávica, cuyos libros están plegados, perforados, cosidos y encuadernados íntegramente a mano.
Cepes Ediciones
Con la política integral de no producir más de lo que se va a vender, para evitar gastos innecesarios de papel, y para subsanar la gran dificultad de autores locales para publicar sus textos, nace Cepes, como cuenta Tomás Rodríguez, uno de los integrantes del equipo de trabajo que completan Carolina Bugnone, Marcos Dagluck, Diana Hernández, Sebastián Lopizzo y Nicolás Verni. Todo empezó desde la Fundación Cepes también en 2019, aunque es en 2021 cuando se concreta su objetivo de publicar textos contemporáneos de ficción.
“El catálogo -explica Rodríguez- está compuesto, fundamentalmente, por textos de narrativa y de poesía. Dentro de estos géneros, tenemos tres colecciones diferentes: primero, está la línea que venimos publicando mayoritariamente (con autores como Fabián Iriarte, Flor Codagnone, Carolina Bugnone, Nicolás Verni); después, tenemos la colección Rayos Equis que es para fanzines y publicaciones breves; y la tercera es la que estamos inaugurando y se llama colección Cría, que son libros de 13 cm x 12 cm, con un catálogo de haikus, poemas breves o microficción. Por otro lado, queremos seguir avanzando en textos de no ficción, como ya tenemos en la colección Nomeolvides, donde publicamos algunos textos políticos”.
Una de sus novedades es el libro de poemas “Dosmildiecinueve etcétera” de Camila Pastorini Vaisman, potente voz de la ciudad que en este corpus explora el mundo interior del sujeto con una mirada desde fuera, con ojos de arqueólogo o astronauta, como advierte Lara Flores en el prólogo. Y, en consonancia con el nombre de la feria, editaron dos pequeñas pero espesas antologías que reúnen a 36 poetas locales con textos en torno al invierno: “Amar lo frío” y “El hielo repentino”.
Más información sobre Cepes Ediciones en https://fundacioncepes.com.ar/cepesediciones
Cepes publicó poemas de Camila Pastorini Vaisman, quien invita a experimentar la intimidad de quien se mira desde afuera.
El Altillo
Fanzines objeto, acordeón, libritos y fanzines más fanzines, que están hechos plegando y cortando una hoja, son las producciones de El Altillo, editorial artesanal que empezó cuando la ilustradora Paula Rivera y la profesora en Letras Paula García comenzaron en 2019 a juntarse una vez por semana para escribir y dibujar. “Solo el ritual de los jueves: hojas, lápices y una caja llena de papelitos doblados que escondían una palabra. La consigna que abría el juego consistía en que cada una sacara un papel e hiciera lo suyo a partir de la palabra escrita”, cuentan a LA CAPITAL. De estas exploraciones de la palabra a partir de la imagen -y a la inversa- nació la pequeña editorial, hecha por dos amigas y dedicada exclusivamente a la realización de fanzines que cruzan poesía, narrativa e ilustración.
“Nos interesa mencionar el origen de este espacio porque ahí se condensa lo que nos identifica a nosotras y, por ende, a El Altillo: el espíritu lúdico, el animarse a escribir e ilustrar sin prejuicios ni miedos, la reivindicación de la lectura como puerta a la libertad y la defensa de lo poético, desde la palabra, que permite decir de otra manera, y desde la imagen, que crea nuevos mundos”, resaltan sus creadoras.
Entre sus últimas publicaciones, destacan su tercer “Ida y vuelta” (formato librito), “Historias de faros” (un fanzine acordeón impreso en hoja de libro de actas), y “Canción y Hacer crecer cosas”, con formato zigzag. Su catálogo completo puede verse en https://elaltilloeditor.empretienda.com.ar/
Uno de los fanzines de El Altillo que propone cuatro historias entrelazadas por faros que prenden y apagan sus luces.
Es Pulpa
Formada por Florencia Torres, Facundo Giménez y Carlos Fratini, Es Pulpa surge en 2021 con el interés de publicar poesía. “Nos interesó recuperar la tradición de la plaquette que es un formato hermoso, delicado y ágil, que había perdido espacio frente a la primacía del libro o la urgencia del fanzine. Con el paso del tiempo, además, hemos incursionado en formatos más tradicionales y extensos. En todos los casos, ha primado nuestra fascinación por el papel (de allí el nombre: es pulpa) y nuestro amor por los libros que sostengan un concepto y en los que no sobre ni falte nada”, define Facundo Giménez.
El catálogo tiene tres colecciones: “La colección Galga, que apuesta por armar un mapa de la poesía argentina y latinoamericana más reciente (Fabián Iriarte, Larisa Cumin, Eric Schierloh, Gustavo Yuste, entre otros). Por otro lado, hemos ido desarrollando unas plaquettes de autores que nos interesaba rescatar; esa colección se llama Los mínimos y es un gran campo de experimentación desde lo poético y lo editorial. Por último, hemos ido desarrollando un catálogo de libros que empezó con ‘Decadencia y Felicidad’ de Rocío Fernández, una radiografía hilarante y tierna de la juventud marplatense, que continuó con ‘Me acuerdo del mar’, un ejercicio de memoria de Matías Moscardi, y que finalmente llegó a un libro de Walter Lezcano, como ‘Combate de los pozos’, uno de los primeros poemarios argentinos que plantean el problema del racismo en la Argentina”, describe Giménez.
Los textos de Es Pulpa (pueden consultarse en https://biolink.info/espulpa) quieren ir “al hueso de la experiencia poética y creemos que para llegar ahí los textos deben saber conducir al lector, hacerlo partícipe, involucrarlo e interpelarlo”. Por ello, Giménez sostiene que intentan que la poesía esté al alcance de todos: “Queremos desterrar la idea de la poesía como un género minoritario. Cualquiera puede ser lector de poesía: todos, en algún punto, lo somos”.
Algunos de los libros de Es Pulpa, editorial especializada en poesía argentina, latinoamericana y española.
Gogol Ediciones
“Gogol Ediciones es una editorial que trabaja con autores de Mar del Plata, en un 70 u 80%, aunque también tenemos autores de Córdoba, Rosario, Tucumán y el Gran Buenos Aires”, cuenta Javier Chiabrando, quien lleva adelante la editorial con un grupo de colaboradores, además de ser el director del Festival Azabache y autor de “La novela verdadera”, “Siempre es ahora” y “El olvido imperfecto”, entre otras novelas y libros de cuentos.
La editorial, que tiene más de cien títulos de narrativa y poesía publicados, ofrece un catálogo de libros tanto físicos como digitales con “un formato de edición muy a la altura de lo que se usa en este momento: pequeñas tiradas que se van reponiendo. Al ser libros de impresión digital, se pueden reponer todo el tiempo. De esa manera, el libro no desaparece muy rápido pero tampoco se ingresan al sistema tantos libros como para que se vuelva un problema financiero para el autor o para la editorial”.
A su vez, Chiabrando resalta el valor literario de las publicaciones independientes que pueden verse en la Feria Invierno, que se diferencia de “las grandes ferias como las de Buenos Aires donde los sellos alternativos son absorbidos por las grandes editoriales, los libros extranjeros, los tanques, los bestseller. La mayoría de la gente está entendiendo que buena parte de la literatura pasa por estas editoriales pequeñas y no tan pequeñas. Los lectores que vienen a esta feria a comprar libros preguntan en los stands que le aconsejen un libro bueno. A veces llevan cosas que desconocen, pero asesorada por los editores. Más que en los grandes proyectos promocionados a nivel mainstream, gran parte de las cosas buenas que se producen hoy en Argentina están acá adentro”.
En su catálogo pueden adquirirse obras como “Querer escribir, poder escribir”, un libro de Chiabrando que funciona como un taller literario destinado a escritores en formación; “Con sabor a tango” de Laura Kovacs; “Tabaquería” de Sergio A. Giuliobidari; “Diario de caza”, cuentos de Carolina Favini, por mencionar algunas de las más recientes. Para encontrar todo el catálogo, visitar la web https://www.gogolediciones.com.ar/
Gogol Ediciones ha editado títulos tanto de poesía como de narrativa para público adulto e infanto-juvenil.
Hinvisible
La publicación de un fanzine bajo el título “Hinvisible” en 2013 fue el puntapié inicial de este proyecto editorial artesanal que, en principio, buscaba visibilizar textos que estaban rondando la publicación y que no tenían un lugar para materializarse. Los primeros tres títulos de Hinvisible fueron dos reediciones: “Somos de clase media y todos nuestros sueños se hacen realidad” de Nicolás Pedretti, “La banda de los chacales” de Enrique Symns y una compilación de cuentos de Juan Imaginario. A partir de entonces, han publicado cuentos, novelas, poemas, postales, dramaturgias, estudios y folletería de obras de teatro.
El catálogo, cuenta su editor Ricardo Lester, “se fue haciendo con afinidades y necesidades, y ese vendría a ser el criterio y el motivo de lo heterogéneo de lo que hacemos. La edición siempre la pensamos como un desafío a resolver”.
Muestra de su diversidad son las últimas publicaciones: “No future” de Juan Imaginario, “Elige tu propia migraña” de Gonzalo Reina y “Carne” de Martín Pereyra, una pieza artesanal hecha a partir de la obra de teatro homónima del grupo Musa Híbrida inspirada en el teatro de la crueldad de Antonin Artaud (leer reseña de LA CAPITAL). Además, adelanta Lester, se encuentran preparando el libro de postales de Rozny y otro que recopila textos inspirados en fotos de Marina Colamarino. Para seguir a Hinvisible, visitar su Instagram @editorial_hinvisible
Una lupa, un clavo oxidado, papel de calcar, hilos, códigos QR e ilustraciones intervienen los textos de “Carne”, editado por Hinvisible.
La Pequeña Editorial
Su nombre condensa la motivación de este proyecto editorial, al que le “gusta pensar que son libros de corazón a corazón, esa nos parece que es una buena forma de describir esa política en la que creemos”, define el editor de La Pequeña Editorial Santiago Studdert. Hacer libros de corazón a corazón acarrea un posicionamiento artístico y político para su editor, porque consiste en “atender muy de cerca a las relaciones entre las personas; por eso, el libro artesanal, que es un libro mucho más cercano a quien está leyendo, a quien está manipulando ese libro, que seguramente va a sentirlo mucho más cerca de su corazón que otra clase de material”.
Para La Pequeña Editorial (IG @lapequeniaeditorial), el objeto-libro también influye en la comprensión de ese texto: “No es solamente una suerte de vehículo del texto -explica Studdert-, sino que también produce un efecto que a nosotros nos interesa describir, que tiene que ver con el corazón. El cuerpo es el que está leyendo siempre, el cuerpo es el que se está relacionando y es en el cuerpo donde se va a sentir el efecto de esa lectura, cuando el efecto se manifiesta”.
El catálogo, por el momento, está compuesto por cinco títulos, principalmente vinculados con cuestiones políticas, con diferentes formas de entender esa expresión, entre los que se encuentran “Entre los campesinos de Aragón” de Augustin Souchy Bauer, “Si me permiten hablar. Testimonio de Domitila Barrios de Chungara, una mujer de las minas de Bolivia” de Moema Viezzer y “Zen es el mayor engaño de todos los tiempos” de Kodo Sawaki.
La Pequeña Editorial realizó una edición artesanal de un clásico del testimonio latinoamericano: “Si me permiten hablar…”, sobre Domitila, una mujer de las minas de Bolivia.
Letra Sudaca
Si bien se funda en 2011 como una editorial de libros artesanales, es a partir de 2013 cuando Letra Sudaca comienza a publicar libros “en formato más profesional, por así decirlo”, como cuenta uno de sus socios, Francisco Constantini.
“En el catálogo hay autores de la ciudad, porque siempre tenemos como intención difundir la literatura marplatense, pero con el correr del tiempo fuimos incorporando algunas colecciones como la de jazz, que hacemos en conjunto con la ONG ICM dedicada a difundir y estudiar este género musical. Y también publicamos algunos libros de cine, como uno de Tarkovski o de Darío Argento”, agrega Constantini. Es decir, Letra Sudaca se dedica sobre todo al ensayo y la narrativa, y muchos de estos libros son traducciones también, “así que de esos comienzos de literatura marplatense de a poquito fuimos abriéndonos a otros territorios”.
“Desde un paraje raro” de Iris Rivera es la novedad de Letra Sudaca editada en conjunto con Jitanjáfora -se trata del debut de esta dupla editorial-, en el que la autora de libros infantiles escribe seis relatos breves, con atmósferas poéticas que lindan entre lo real y lo sobrenatural, acompañados de ilustraciones de Diego Moscato. Además, entre sus más recientes publicaciones se destaca “La forma del cielo”, primer libro de cuentos de la poeta Paula Fernández Vega, y la traducción por primera vez al español de los cuentos “Horror. Historias de sangre, espíritus y secretos” del cineasta italiano Darío Argento, quien despliega también en su literatura los espacios más oscuros de sus películas de terror. El catálogo completo puede consultarse en http://letrasudaca.com.ar/
Narrativa, ensayo y traducción son las especialidades de Letra Sudaca.
Miradas sobre el mundo editorial marplatense
Los editores consultados también compartieron con LA CAPITAL sus perspectivas sobre el momento que está atravesando el campo editorial local en este último tiempo. Francisco Constantini, de Letra Sudaca, cuenta que “cuando nosotros pegamos el saltito, por así decirlo, en 2013, estaba Puente Aéreo, La Bola, proyectos que de alguna manera éramos hermanos. Después algunos de esos proyectos fueron entre comillas quedando en el camino, pero ahora vemos que hay un resurgir sobre todo de editoriales que van más a lo artesanal, al fanzine y demás. Hay una movida interesante en Mar del Plata en cuanto a lo literario y variada, o sea, tenés para todos los gustos y eso está buenísimo”.
A esta diversidad de proyectos también se suma El Gran Pez, que además de ser librería, ha debutado como editorial en 2022 con la publicación de “Todos se escondieron ya” de un autor encubierto bajo el seudónimo de Yuri V. A su vez, hay que destacar la participación de Eudem, la editorial de la UNMdP, que desde diciembre del año pasado tiene su Librería Universitaria -y espacio cultural, ubicado en Jujuy 1731-, con el objetivo de difundir por fuera de la comunidad académica el amplio catálogo de libros de su universidad y de otras universidades nacionales.
Quien también considera que el mundo editorial está creciendo en la ciudad es Tomás Rodríguez (Cepes), sobre todo a partir de la pandemia: “Desde hace varias décadas que hay muchos proyectos editoriales, pero en estos últimos tres años ha habido una explosión más grande. Creo que estamos en un gran momento y, en estas circunstancias donde tenemos la crisis de papel, la falta de abastecimiento de material, estas propuestas artesanales e independientes ayudan a romper un poco ese quiebre con las grandes casas editoriales, que muchas veces acumulan y condicionan el precio de los materiales y los libros en sí. Por eso nosotros buscamos que nuestros libros sean accesibles para la compra y en los materiales y así encontrar ese equilibrio”.
Desde Cepes, deciden no producir más de lo que venden, para evitar los grandes gastos de papel con “ediciones inmensas que suelen terminar en mesas de saldo. Publicar limitado nos permite asegurarnos que esos libros lleguen a quienes quieran comprarlos, que no haya libros circulando que después no se vendan, no malgastar materiales, sobre todo en la actualidad, que sabemos que los recursos son cada vez más limitados”, agrega Rodríguez.
Para Atávica, el crecimiento de las editoriales locales se explica con la existencia de “un público que está ávido o necesita otro tipo de enfoque editorial. Sin sonar romántico o vende humo, lo comercial queda supeditado a un segundo plano y se pone por encima la calidad de lo que se hace. Por eso, creemos importante no sacar apurados los libros. Para nosotros, dos o tres novedades por año está más que bien”, sostiene Diego Forte.
Desde Es Pulpa coinciden con esta postura sobre las exigencias del público lector local. “El campo editorial marplatense desde hace unos años se encuentra fuertemente asentado. Existen numerosas editoriales con proyectos fuertes y ambiciosos que quieren capitalizar el hecho irrefutable de que hay -muchos y muy buenos- lectores que disfrutan de catálogos estrictamente curados”, comenta Facundo Giménez.
En sintonía con estas lecturas, Javier Chiabrando (Gogol) sostiene que “en la medida en que la gente publica y los libros se leen o circulan, hay una exigencia mayor sobre el nivel de edición y sobre el nivel de escritura del libro. Es decir, que un autor que publica y es leído tiene un compromiso hacia el lector, mejora su escritura y sigue publicando. Nosotros estamos trabajando mucho en Mar de Plata para lograrlo y hay otras editoriales que también, es decir, que hay una gran producción”. Por otro lado, aclara que no cree “en el modelo de escritura marplatense, pero sí es verdad que hay una importante producción en casi todas las disciplinas y los subgéneros. Así que estos espacios como la feria u otros también lo que vienen a hacer es complementar este trabajo”.
Santiago Studdert, de La Pequeña Editorial, también destaca la importancia de ferias como Invierno: “En general, la constitución de comunidades es beneficiosa para cualquiera de las dos partes. Me parece deseable que las ferias fomenten esa relación con otro tipo de producción. No creo que el libro esté muy lejos de otros objetos como los comestibles o como las vestimentas”.
Los costos del papel, la escasez de los materiales y las dificultades de distribución son demandas históricas en la escena editorial nacional, que afectan en particular a las editoriales independientes, artesanales y autogestivas. En Mar del Plata, a pesar de este contexto desfavorable, ha comenzado a desarrollarse el sector, sobre todo desde el 2019, con una bibliodiversidad que permite ajustarse a diversos gustos e intereses, como pudo verse en la Feria Invierno. Estos eventos culturales revelan el crecimiento, la organización, el trabajo en red y las nuevas formas de producción y consumo que apuestan cada vez más por lo artesanal, lo sustentable, y el contacto directo y humano entre editores, libreros y lectores.